Qué es un Sit Spot

“Los tiempos son urgentes, desaceleremos.” – Bayo Akomolafe

En un mundo de crisis abrumadora y de estímulos que tiran de nuestra atención en mil direcciones, hay medicina en elegir ir más despacio. En sentarse. En escuchar.

Una de las maneras más simples y poderosas de reconectar con la Tierra viva es a través de una práctica conocida como Sit Spot (punto de estar)*. No requiere herramientas especiales ni entrenamiento—solo la disposición a desacelerar, aquietarse y entrar en presencia con un lugar particular en la naturaleza, una y otra vez.

¿Qué es un Sit Spot?
Un Sit Spot es un lugar al que regresas con regularidad para simplemente estar en relación con la tierra. Puede ser bajo un árbol en tu patio, sobre una roca, o en un rincón en la naturaleza dentro de un parque urbano. Lo importante es que sea accesible, relativamente tranquilo y que puedas visitarlo con frecuencia.

No es una práctica de hacer, sino de ser. No se trata de meditar, ni de analizar… ni siquiera de intentar relajarse. Se trata de entrar en una conversación antigua con el mundo “más que humano”, con aves y brisas, piedras y suelo, luz y sombra… y aprender a escuchar.

¿Por qué hacerlo?
La vida moderna ha desensibilizado a muchos de nuestra sintonía natural con la Tierra. Nos movemos entre paisajes de concreto urbano o nos vemos como individuos caminando sobre la Tierra, muchas veces sin darnos cuenta de la vitalidad, el animismo, la inteligencia y la presencia que nos rodea.

El bosque se convierte en un “muro verde” donde no distinguimos árboles o plantas, en lugar de un ser sensible lleno de miles de especies interconectadas que se comunican entre sí.

Un Sit Spot revierte esa tendencia. Reaviva nuestra capacidad de conexión íntima, de conocimiento profundo, de reverencia. Con la práctica constante, comienzas a notar patrones—cómo el aire o la luz cambian en ciertos momentos del día, cómo ciertas aves vienen y van con las estaciones, cómo tu propia energía se transforma dependiendo de lo que ocurre alrededor.

Cuanto más regresas, más profundo se vuelve el vínculo. La tierra comienza a reconocerte… Y tú comienzas a recordar tu lugar en ella.

Cómo practicar

Elige tu lugar
Encuentra un sitio que se sienta seguro, tranquilo y fácil de acceder. Puede ser un rincón apartado de tu jardín, un sendero que visitas a menudo o incluso un balcón con vista al cielo y a los árboles. Evita lugares donde sea probable que te interrumpan.

Ve con curiosidad, no con agenda
Deja atrás la necesidad de lograr o comprender algo. Preséntate con presencia y humildad. No vas allí para obtener, sino para estar con ese lugar—para escuchar, para atestiguar, para pertenecer.

Aquieta y suaviza
Da unas cuantas respiraciones profundas. Nota el suelo bajo ti. Permite que tu cuerpo se asiente. Lleva tu atención a tus sentidos: la sensación del aire, los sonidos alrededor, la calidad de la luz, los olores o texturas. Deja que tu conciencia se expanda suavemente, sin esfuerzo.

Escucha con todo el cuerpo
No se trata solo de oír con los oídos. Escucha a través de los poros de tu piel, de tu corazón, de tu cabello, de las plantas de tus pies. Afina con todos tus sentidos. Déjate mover por lo que percibes y sientes. Sigue regresando para estar en presencia con el lugar.

Quédate de 10 a 30 minutos
Empieza con el tiempo que te parezca manejable. Incluso diez minutos de quietud genuina pueden abrir algo. Con el tiempo, quizá quieras quedarte más. Prueba ir en diferentes momentos del día, en distintos climas y a lo largo de las estaciones para profundizar la relación.

Cierra con gratitud
Antes de irte, ofrece un sencillo agradecimiento. Puedes colocar tu mano en la Tierra, dejar una pequeña ofrenda (como agua o una flor), o simplemente respirar tu gratitud en el espacio. Honrar la reciprocidad de la relación es parte de lo que la vuelve sagrada.

Lo que ocurre con el tiempo
Con visitas regulares, tu Sit Spot puede convertirse en un santuario, un espejo, un maestro y un amigo. Puedes descubrir que surgen comprensiones sin esfuerzo. Puedes sentir la sutil compañía de los seres que te rodean. Puedes recordar que la Tierra no es un telón de fondo de tu vida, sino una comunidad viva de la que formas parte.

En tiempos de crisis o confusión, tu Sit Spot puede volverse un lugar al que regresar en busca de claridad y guía. En tiempos de alegría, se convierte en un lugar de celebración. Y siempre, es un espacio de práctica… una práctica de humildad, reverencia y memoria.

Encuentra tu Sit Spot. Preséntate. Siéntate. Deja que la Tierra hable. Ella ha estado esperando.

*definición sugerida por la traducción