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Etiqueta: comunidad
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Una nueva ola artística: arte sostenible
El arte siempre ha sido un espejo de lo humano y de cómo habitamos el mundo. Hoy, iniciativas concretas le dan cuerpo a esa idea. El colectivo Washed Ashore arma esculturas monumentales con plásticos recogidos de playas para mostrar, a escala real, el costo de los desechos marinos. En Londres, Forest for Change de Es Devlin convirtió una plaza en un bosque temporal para hablar de biodiversidad y Agenda 2030. En América Latina, el Festival Concreto en Brasil y el Museo del Reciclaje de Barranquilla impulsan piezas con chatarra y residuos electrónicos, mientras Studio Swine trabaja con plásticos del océano en objetos y performances que viajan por bienales. Incluso marcas y museos empiezan a cambiar materiales: el V&A y el MoMA han exhibido bioplásticos y piezas de micelio, señalando el paso del “objeto eterno” a la obra que nace, vive y vuelve a la tierra.

Estas prácticas no buscan solo sorprender, sino abrir conversación sobre qué materiales elegimos, cuánto duran y qué costo dejan. Al mirar más allá de la estética, el arte sostenible nos invita a revisar hábitos cotidianos y a imaginar una cultura donde creación y cuidado vayan juntos.
La obra se vuelve proceso y responsabilidad compartida, desde talleres comunitarios de arte con residuos hasta residencias que trabajan con materiales locales y biodegradables.
También crece la red que las hace posibles: residencias que financian biomateriales, laboratorios ciudadanos que enseñan a crear pigmentos y papel con desechos orgánicos, y convocatorias que premian proyectos con impacto ambiental medible. Este ecosistema une artistas, comunidad y ciencia para llevar el cambio del taller a la calle.
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Vamos a la playa a estudiar
¿Te imaginás ir a la escuela mirando el mar? Tierra y Sal creciendo en la naturaleza, lleva la escuela a la costa y enseña con los pies en la arena. En Chiclana (España), trece niñ@s cursan a cielo abierto, a través del juego libre y con la naturaleza como compañía diaria.
Cuatro pilares
Conexión cotidiana con la naturaleza, educación democrática, juego libre y acompañamiento respetuoso orientan la propuesta. En el día a día estas premisas se reconocen sin nombrarse, al aprender a construir algo, al cuidar de un ser vivo o simplemente al mirar una huella en la arena que genera nuevas preguntas. Desde esas escenas sencillas, el aprendizaje se vuelve experiencia.
Un legado vivo
Las escuelas al aire libre nacieron en 1904 en Berlín para cuidar la salud infantil. En 1918 abrió la primera en España. Hoy existen miles; en Alemania funcionan unas 2.500, muchas de ellas públicas. Tierra y Sal retoma ese legado y lo trabaja junto al mar.Bienestar que educa
La naturaleza como aula abre sentidos y amplía la curiosidad, ofrece más contacto con el entorno y, al proponer movimiento, estimula la calma y el foco.Si te inspira esta forma, podés conocer su propuesta y funcionamiento en su página web y acercarla a tu comunidad educativa.
Más info, metodología y contacto
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Pongamos de moda andar en bici
Moverse en bici nos suma por todos lados: hacemos ejercicio sin ir al gimnasio, llegamos más rápido a compromisos, y además ahorramos en pasajes o combustible.. Y tu barrio también mejora: hay menos ruido, menos calor en el asfalto y el aire se siente más limpio cuando más personas pedalean.
Ciudades que avanzan
Bogotá, Ciudad de México, Santiago, Buenos Aires y Montevideo ya probaron medidas útiles: ciclovías que conectan barrios, sistemas públicos con tarifas accesibles, más estacionamientos y mejor señalización. No alcanza con aplaudir: hay que usarlas, cuidarlas y pedir que mejoren.
Beneficios en cadena
Cuando un viaje corto pasa del auto a la bici, bajan las emisiones que calientan el planeta y los gases que irritan las vías respiratorias. También baja el ruido y la temperatura del asfalto: menos motores, menos calor acumulado, más calles habitables.Comunidad que decide
Esto no se resuelve solo. Informarse, pedir cruces seguros y mantenimiento de ciclovías hace la diferencia. Si tu municipio abre consultas públicas, participá con tu experiencia diaria. La red que planificamos hoy define cómo nos movemos mañana.Empezá por lo posible: elegí un trayecto corto, revisá frenos y luces, sumate a la red de tu ciudad y compartí tu experiencia. Cuando la bici circula, el cuidado también.
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Arte solidario: un hogar reciclado para los gatitos de la calle
En El Cairo, el artista Ibrahim Abougendy encontró una solución simple y amorosa para acompañar a los gatos que viven en la calle; reutiliza neumáticos en desuso, para transformarlos en casitas resistentes y fáciles de mantener. Se llamó Mobikia y nació del hacer.
Cómo están hechas
Abougendy corta, limpia y pinta a mano los neumáticos; suma una base firme, un techo sellado y una apertura lateral para entrar y salir con facilidad. El caucho aísla y soporta bien la intemperie.Por qué surgió
Los cambios recientes en el clima de la ciudad -fríos más marcados y lluvias inesperadas- lo impulsaron a pensar en refugios que protejan mejor a los animales. La observación del entorno guió el diseño.
Comunidad en acción
Vecin@s y comerciantes donan cubiertas usadas, ayudan a ubicar los refugios en puntos de comida o descanso y organizan rondas de seguimiento. La idea viaja rápido porque es replicable, con herramientas básicas y un diseño claro, cualquier grupo puede adaptarla a su barrio.Lo que enseña
Mobikia muestra un camino posible, el de resolver con lo que hay a mano. No es solo un objeto lindo; es un diseño pensado para el uso, con un impacto directo en la calidad de vida de los animales y también, en la de quienes los cuidan.Si en tu comunidad hay gatos callejeros, podés replicar el modelo, será un pequeño gesto que abrigará a muchas vidas. ¡Contanos qué te parece si te animás a probarlo!
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Cohousing: solidaridad en la tercera edad
En un mundo donde la población envejece, el concepto de cohousing senior está ganando popularidad como una forma innovadora de vivir en la tercera edad. Más allá de brindar comodidades y compañía, uno de los pilares fundamentales del cohousing senior es la solidaridad entre sus miembros. Estas comunidades fomentan un sentido de pertenencia y cooperación. Los residentes comparten responsabilidades y se apoyan mutuamente, lo que reduce la sensación de aislamiento y soledad que a menudo afecta a las personas mayores. En un cohousing senior, las habilidades y los recursos individuales se ponen en común para el beneficio de todos. Desde tareas domésticas hasta cuidado de la salud, los miembros colaboran para satisfacer sus necesidades diarias. Esto no solo reduce costos, sino que también crea una red de apoyo invaluable, aliviando la carga emocional y financiera, y fortaleciendo los lazos interpersonales.

Aunque la solidaridad es un principio fundamental, el cohousing senior no elimina la independencia de sus residentes. Se trata de promover un equilibrio entre la autonomía y la colaboración. Los miembros pueden mantener sus rutinas individuales y disfrutar de la privacidad en sus hogares personales.
El cohousing senior representa una respuesta innovadora y efectiva a los desafíos del envejecimiento de la población. Al fomentar la solidaridad y la ayuda mutua, estas comunidades permiten a las personas mayores enriquecer sus vidas, mantener su independencia y vivir con un sentido de propósito en compañía de amigos y vecinos que comparten valores similares. Al abrazar esta forma de vivir, estamos construyendo un futuro donde la tercera edad se caracteriza por la colaboración y la compasión, en lugar de la soledad y el aislamiento.
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Huertas comunitarias en las veredas
Las huerta vereda son una propuesta sustentable para toda la comunidad que pretenden convertir las calles en barrios comestibles, ayudando a generar alimentos orgánicos y nutritivos.
En el barrio de San Isidro, ubicado en Buenos Aires, Argentina, hace unos años comenzó esta iniciativa para aprovechar el espacio público y generar alimentos. Por el momento hay cuatro huertas en funcionamiento, que son cuidadas por el equipo de voluntarios que se pone a disposición en este gran proyecto.
Todas ellas cuentan con composturas comunitarias, en donde todos los vecinos colaboran con su basura orgánica para crear abono.
Entre los voluntarios se reparten las tareas de siembra, riego, trasplante, cosecha, entre otras, logrando una huerta frondosa y saludable.
Este emprendimiento comenzó con un grupo de vecinas durante el 2020, quienes con mucho trabajo y esfuerzo prepararon el terreno para lo que se convirtió en la primera huerta vereda. Rápidamente esto captó la atención de la comunidad vecinal y así es como se fueron sumando muchas personas a trabajar en conjunto por un proyecto para todxs.
Aprendiendo sobre las relaciones de la naturaleza, también surgió un espíritu de unión entre sus seres.
Intercambiando y compartiendo saberes, los vecinos trabajan juntos para mejorar su barrio.

La idea de las huertas vecinales trae por un lado beneficios sociales, pero también beneficios ambientales, ya que el verde empieza a aparecer en las urbes. Además, se encargan de preparar fertilizantes que mejoren los suelos, siembran flores que atraigan insectos beneficiosos y que mitiguen las plagas, y cultivan de manera orgánica para favorecer al medio ambiente y su biodiversidad.
La cosecha se reparte entre todxs los participantes y los alimentos obtenidos son de una calidad que mejora la alimentación de la comunidad.
Además brindan talleres gratuitos para instruir sobre el arte de la huerta e intercambiar saberes y expandir el proyecto.
Cuentan con el apoyo de la Municipalidad de San Isidro, que se encarga de llenar los tanques de agua de la huerta cada semana, promueve los talleres y les ofrece un espacio en la feria mensual para vender productos que ayuden a compensar los gastos. Muchas personas de la comunidad, inspiradas por este trabajo, comenzaron sus propias huertas en la vereda sumándose a esta huella verde para la sociedad.
La labor de esas primeras mujeres generó una revolución sustentable y comunitaria en todo el barrio. Así se ve el impacto masivo de las pequeñas acciones que salen del corazón y logran conmover a otrxs.
Si te interesa colaborar con las huertas vereda o sumarte a los talleres, podes seguirlos en instagram @huertavereda para enterarte de toda la info.
Esperamos que esta gran idea se expanda a todos los barrios y países, para seguir creciendo juntos y mejorando el espacio que habitamos.

