Qué es la economía circular

La economía circular propone dejar atrás el modelo lineal de extraer–producir–usar–tirar y diseñar sistemas donde los materiales circulen el mayor tiempo posible con el menor impacto. Implica repensar productos desde el origen, que sean durables, reparables, actualizables, hechos con materiales reciclables o biodegradables, y procesos que eliminen residuos desde el diseño.

Panorama actual. Según la Circularity Gap Report 2024, sólo alrededor del 7% de la economía global es “circular”, y el uso de materiales sigue creciendo por encima de la capacidad del planeta. La meta no es reciclar más al final, sino prevenir residuos y emisiones en toda la cadena.

La Unión Europea avanza con el Ecodesign for Sustainable Products Regulation, que exigirá reparabilidad, pasaportes digitales de producto y restricciones a destrucción de excedentes.

Joan Melé, referente en banca con valores, recuerda que “el dinero es un acto moral” y que cada compra e inversión define el tipo de economía que creamos. La circularidad no es solo técnica, sino que requiere transparencia y trazabilidad que oriente capital hacia proyectos con impacto real. Decidir dónde ponemos nuestro dinero, desde una cuenta bancaria hasta un proveedor, es parte del cambio de paradigma.

La economía circular no es un destino, sino una práctica diaria: diseñar sin residuos, usar más tiempo, devolver al ciclo y financiar lo que cuida la vida. Cada decisión cuenta.

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